Esta semana no me han dado todavía el parte de asistencia a la cena, así que supongo que no habrá cambiado mucho. La semana que viene nos enteraremos de todo cuando nos vayan contando. Pero antes de que nos pongamos con el lógico buen rollito post-cena ("qué bien lo pasemos, qué noche más güena, semos los mejores"), os traigo un mensaje que guardo desde Navidad. No encontré el momento de publicarlo antes y casi lo había olvidado, pero merece la pena. Es para recordarnos que sí, somos cojonudos, pero todo no era tan bonito. Ésta es la respuesta de Winchur cuando le pedí un villancico original para Navidad; declinó la oferta pero me mandó estas perlas: La verdad es que me has pillado con pocas ganas de villancicos. Si tú supieras la de misas de 11, 12 y 13:00 que me he chupado los domingos, con la guitarrica, durante mis años de fraile. Ahora en serio, vaya encargos que se te ocurren. Tengo buenos recuerdos, muy buenos, de mucha gente (alumnos), pero lo verdad que aquellos año