Mani, nos han pillado. Mira que te dije que al final alguien se olería la tostada. Y es que Fernando Medrano ha visto mucho mundo como para que lo engañemos a estas alturas...
"Hola Ricardo,
He estado ojeando los comentarios del blog y me ha encantado especialmente el de José Ramón Magallón. No he visto tus cuadros José Ramón, pero como combines colores la mitad de bien que juntas palabras vas a ser muy pronto el nuevo José Ramón Picasso.
Suscribo todo lo dicho en los diferentes comentarios y también me gustaría aprovechar la ocasión para proponer a los doctores Ricardo y Mani al nóbel de física por haber conseguido inventar nada más y nada menos que: LA MÁQUINA DEL TIEMPO. No sé, Ricardo y Mani, si os habíais empollado la teoría de la relatividad de cabo a rabo o si, por el contrario, os habíais hecho con algún antiguo manuscrito de alquimia, pero lo cierto es que el sábado retrocedimos 20, 21... 25 años, depende de cuando dejó cada cual el colegio.
A estas alturas nadie creerá ya que el lugar donde nos citasteis para cenar era el D´Jorge (todo el mundo sabe que el D´Jorge está en la plaza España delante del Tubo y no en la plaza de Utrillas) sino que aquel habitáculo era vuestra máquina del tiempo decorada con fotos del colegio que colaboraron en el experimento, ni que lo que nos servían constantemente en jarras era común cerveza sino algún brebaje preparado para la ocasión. Seguro que el hecho de quedar en la vieja estación de Utrillas tampoco fue nada casual, más bien debió de ser el punto de partida para el extraño viaje. Imagino que la fecha, la Noche de San Juan, tampoco fue elegida al azar y que también colaboró en vuestro bien tramado plan.
Y es que debían ser las 12 de la noche cuando el viaje alcanzó su cenit: recuerdo verme rodeado de gente a la que apretaba la mano, abrazaba o besaba y a quienes reconocía sin ningún esfuerzo y llamaba por sus nombres como si los hubiera visto el día anterior (bueno algunas calvas, barrigas y canas si que noté pero es que la máquina necesita un par de mejoras todavía). Contábamos anécdotas sobre nosotros mismos o los profesores con todo lujo de detalles. Sé que el tiempo es relativo y todo eso, pero entramos a las 9,30 y, de pronto, miré al reloj y eran las 2, así que algo raro ocurrió.
Bueno, tras este pequeño desvarío, repetir lo que han dicho muchos otros: que yo también me quedé con ganas de terminar veintitantas conversaciones y de haber aguantado hasta el desayuno pero es que Aurelio, botella de Cacique en mano, me estaba acribillando a chupitos y yo ya no estoy para esos trotes, je je. Me fui a eso de las 5:45 y allí quedaban muchos todavía.
Espero volver a repetirlo muy pronto.
Abrazos a todas/os"
Lo de las jarras te juro que era cerveza, yo personalmente estuve controlando la calidad durante toda la noche.
"Hola Ricardo,
He estado ojeando los comentarios del blog y me ha encantado especialmente el de José Ramón Magallón. No he visto tus cuadros José Ramón, pero como combines colores la mitad de bien que juntas palabras vas a ser muy pronto el nuevo José Ramón Picasso.
Suscribo todo lo dicho en los diferentes comentarios y también me gustaría aprovechar la ocasión para proponer a los doctores Ricardo y Mani al nóbel de física por haber conseguido inventar nada más y nada menos que: LA MÁQUINA DEL TIEMPO. No sé, Ricardo y Mani, si os habíais empollado la teoría de la relatividad de cabo a rabo o si, por el contrario, os habíais hecho con algún antiguo manuscrito de alquimia, pero lo cierto es que el sábado retrocedimos 20, 21... 25 años, depende de cuando dejó cada cual el colegio.
A estas alturas nadie creerá ya que el lugar donde nos citasteis para cenar era el D´Jorge (todo el mundo sabe que el D´Jorge está en la plaza España delante del Tubo y no en la plaza de Utrillas) sino que aquel habitáculo era vuestra máquina del tiempo decorada con fotos del colegio que colaboraron en el experimento, ni que lo que nos servían constantemente en jarras era común cerveza sino algún brebaje preparado para la ocasión. Seguro que el hecho de quedar en la vieja estación de Utrillas tampoco fue nada casual, más bien debió de ser el punto de partida para el extraño viaje. Imagino que la fecha, la Noche de San Juan, tampoco fue elegida al azar y que también colaboró en vuestro bien tramado plan.
Y es que debían ser las 12 de la noche cuando el viaje alcanzó su cenit: recuerdo verme rodeado de gente a la que apretaba la mano, abrazaba o besaba y a quienes reconocía sin ningún esfuerzo y llamaba por sus nombres como si los hubiera visto el día anterior (bueno algunas calvas, barrigas y canas si que noté pero es que la máquina necesita un par de mejoras todavía). Contábamos anécdotas sobre nosotros mismos o los profesores con todo lujo de detalles. Sé que el tiempo es relativo y todo eso, pero entramos a las 9,30 y, de pronto, miré al reloj y eran las 2, así que algo raro ocurrió.
Bueno, tras este pequeño desvarío, repetir lo que han dicho muchos otros: que yo también me quedé con ganas de terminar veintitantas conversaciones y de haber aguantado hasta el desayuno pero es que Aurelio, botella de Cacique en mano, me estaba acribillando a chupitos y yo ya no estoy para esos trotes, je je. Me fui a eso de las 5:45 y allí quedaban muchos todavía.
Espero volver a repetirlo muy pronto.
Abrazos a todas/os"
Lo de las jarras te juro que era cerveza, yo personalmente estuve controlando la calidad durante toda la noche.
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